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La situación de Eric Dane, conocido mundialmente por su papel en 'Anatomía de Grey' y más recientemente en 'Euphoria', atraviesa uno de los momentos más delicados de su vida. El actor, de 52 años, fue diagnosticado hace unos meses de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta a las neuronas motoras y que, con el tiempo, limita funciones tan básicas como hablar, caminar o respirar. En medio de esta batalla, su exmujer, la actriz Rebecca Gayheart, se ha convertido en un pilar fundamental.
Gayheart, de 54 años, ha relatado en un ensayo personal cómo ha asumido la responsabilidad de coordinar y garantizar la atención médica de Dane, que actualmente cuenta con enfermeras las 24 horas del día. La actriz explica que el proceso para conseguir cuidados domiciliarios ha sido una lucha constante contra las compañías de seguros, que rechazaban repetidamente las solicitudes. " Tuve que apelar dos veces hasta que finalmente aprobaron la atención ", confesó, describiendo la experiencia como una auténtica batalla burocrática.
La actriz, que comparte con Dane a sus dos hijas, Billie y Georgia, detalla que la atención del actor se divide en 21 turnos. Cuando alguno queda sin cubrir, es ella quien asume el cuidado. " A veces no puedo estar las 12 horas completas porque las niñas me necesitan, pero hago lo que puedo ", explica. En una ocasión, tuvo que pedir ayuda a dos amigos del actor, uno de ellos sin experiencia previa en cuidados médicos. Ambos acudieron sin dudarlo, algo que Gayheart agradece profundamente.
Firme pese a las ausencias más dolorosas
Sin embargo, no todo su entorno ha reaccionado igual. La actriz reconoce que algunas personas que antes eran cercanas han desaparecido en este proceso. Tras trabajarlo en terapia, ha comprendido que " no todo el mundo sabe manejar una situación tan dura " y que no guarda rencor a quienes no han sabido estar.
Eric Dane junto a su familia se preparan para HalloweemA pesar de la complejidad del momento, Gayheart asegura que está comprometida con el bienestar de Dane y con mantener la estabilidad familiar. Su testimonio refleja no solo la dureza de convivir con una enfermedad como la ELA, sino también la fortaleza emocional necesaria para sostener a un ser querido cuando la vida cambia de forma irreversible.
