Al principio de esta semana Ozzy Osbourne, de 71 años, reveló a todo el mundo que le habían diagnosticado Parkinson. El artista contó que ya no podía pretender ocultar esta enfermedad y que se encuentra en un momento bastante duro de su vida al tener que tomar "una gran cantidad" de medicamentos para paliar su dolor que le dejan un poco trastocado.
Sin embargo, el miembro de Black Sabbath no quiso perderse los Premios Grammy 2020 y acudió con un bastón acompañado de su hija Kelly Osbourne. Durante esta apareció de la estrella, Osbourne les confesó a los reporteros que el pasado año fue un "infierno" para él: " Este último año ha sido un infierno para mí. Me operaron el cuello, he anunciado que tengo Parkinson. Definitivamente ha sido un año de mucho rock n roll para mí", decía el artista.
No obstante, Ozzy Osbourne quien dio el premio a DJ Khaled por su colaboración con John Legend y el fallecido Nipsey Hussle, acompañado de su exmujer Sharon afirmó que, si su salud se lo permite, tratará de volver a los escenarios algún día: " Si estoy lo suficientemente bien, trabajaré para lograrlo. Tengo fisioterapia todos los días, cinco días a la semana. Lo intento, estoy haciendo lo mejor que puedo. La cirugía de cuello no me lo está poniendo fácil", admitió el artista.
Las tiernas palabras de su hija
Su hija Kelly Osbourne quien no quiso separarse de su padre ni un momento y también habló con los reporteros para explicar cómo está viviendo los problemas de salud de su padre: "Ver lo lejos que ha llegado papá este año y lo lejos que ha llegado solo en la última semana ha sido increíble (...) Creo que el hecho de que saliese y contase su verdad le ha quitado un peso de encima (...) Su fisioterapeuta nos ha dicho lo bien que está progresando, es una auténtica locura lo mucho que ha mejorado en tan solo una semana", aseguró.