Lamine Yamal ha vivido una semana intensa en lo personal y profesional. El delantero del FC Barcelona ha renovado su contrato hasta 2031, consolidándose como una de las grandes apuestas del club para liderar el equipo en la próxima temporada y en las siguientes. En un acto celebrado en el Auditori 1899 del Camp Nou, recibió oficialmente el dorsal 10, símbolo de responsabilidad y legado en la historia culé.
Sin embargo, su mayoría de edad vino acompañada de una celebración que ha generado controversia. En su fiesta privada, celebrada en Sitges, se contrató a artistas con enanismo y 'chicas de imagen', lo que provocó críticas en redes sociales y el inicio de investigaciones por parte de organismos como el Defensor del Pueblo y la Oficina de Lucha contra los Delitos de Odio.

Durante la rueda de prensa posterior a la firma, Lamine no evitó el tema y respondió con firmeza : "Yo trabajo para el Barça, pero cuando estoy fuera de la ciudad deportiva disfruto mi vida. no creo que haya hecho nada malo. Celebro como quiero y ya está". El jugador pidió expresamente responder en castellano para dejar claro su postura, alejándose de cualquier ambigüedad.
La directiva del Barça, encabezada por Joan Laporta, ha respaldado públicamente al futbolista. "Lamine es un chico joven, con mucha proyección. Estamos aquí para acompañarle en su madurez deportiva y personal", afirmó el presidente, evitando profundizar en la polémica.
Con una cláusula de rescisión cercana a los 1.000 millones de euros, Lamine se convierte en uno de los jugadores mejor blindados del vestuario. Su objetivo, según declaró, es claro: "Falta ganar esa Champions". El club confía en que, con el dorsal 10 a la espalda, el joven talento se consolide como referente del fútbol español.
Un número con historia
Durante el acto de renovación, Lamine Yamal se refirió al peso simbólico del dorsal que ahora porta: "Messi ha hecho su camino, yo voy a hacer el mío. El 10 pasa de Ansu a mí, yo haré lo mío, trabajé al máximo y lo daré todo". Con estas palabras, el joven delantero dejó claro que quiere escribir su propia historia en el Barça sin comparaciones, pero con respeto por el legado que recibe.