José Campos ha hablado de cómo está viviendo un momento complicado en su vida, puesto que el 17 de marzo de 2020 sufrió un ictus. El empresario aún no está al cien por cien tras haber salido del hospital, pero poco a poco se ha ido recuperando como ha contado a la revista Semana.
El exmarido de Carmen Martínez-Bordiú ha dado algunos detalles tras sufrir tal problema de salud, diciendo: "Físicamente estoy bien, intentando ponerme a tope. Me cuesta mucho a la hora de hablar, porque tengo que pensar mucho las palabras que voy a decir. Se me han olvidado algunas, pero lo superaré. Es sorprendente lo que me ha pasado porque de salud estoy bien, había adelgazado y llevaba ocho meses sin tomar ni una gota de alcohol, que fue una promesa que hice por mi hija Martina. Todo esto me pilló por sorpresa. Lo que menos me podía imaginar es que me iba a pasar esto ".
Este duro golpe que poco a poco está sobrellevando ha llegado en pleno estado de alarma, motivo por el que tenía su negocio cerrado como ha detallado: "Todo esto ocurrió a los pocos días de tener que cerrar mi negocio que tengo en Santander, cuando se decretó el estado de alarma. Jamás sentí ningún síntoma de que me iba a dar un ictus. A las tres y media de la madrugada fui a darme la vuelta en la cama y vi que no podía porque tenía todo el lado derecho paralizado. Me asusté mucho. No podía ni llamar a mi mujer porque no podía hablar. Me levanté como pude de la cama y me caí al suelo. Solo podía mover el pie izquierdo, el lado derecho estaba todo parado. Fíjate que miedo pasé".
En cuanto a cómo sucedió todo, fue su mujer Marián la que le salvó, y así lo ha contado Campos: "Marián empezó a gritar muy asustada: 'José, José, ¿cómo te llamas?'. Yo la miraba a ella, pero no podía hablar. Mi mujer llamó corriendo a una ambulancia y menos mal que llegaron enseguida. Subieron al piso de arriba y como soy muy grande me tuvieron que coger entre cuatro personas. Me acuerdo de todo lo que pasó hasta que llegué al hospital Marqués de Valdecilla de Santander y me metieron en el quirófano ".
Y debido a la crisis sanitaria, tan solo estuvo dos días ingresado aunque tendría que haber estado mucho más como ha contado: "Recuerdo que nada más subirme a la habitación vinieron a verme dos médicos. Me enseñaban objetos para que dijera que eran y yo en mi cabeza sabía perfectamente lo que eran, pero no podía verbalizarlo. A las tres horas ya empecé a decir los nombres de mis padres y comencé a hablar un poco más. Tenía que haber estado diez días ingresado, pero al final, con todo esto del coronavirus solo estuve dos para evitar contagiarme. Ahora estoy en casa con medicación".
Poco a poco
De momento está pensando en su recuperación y por eso está haciendo deporte para ponerse en forma y está intentando mejorar su habla: " Estoy yendo al logopeda para recuperar la fluidez del hablar, ya que es la parte más afectada. Estaré todo el año de baja y no puedo conducir hasta dentro de seis meses como mínimo. Pero solo pienso en recuperarme".