La detención de Daniel Sancho por el asesinato de Edwin Arrieta, por el que fue condenado a cadena perpetua en Tailandia, provocó que sus padres, Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo, volvieran a tener comunicación después de muchos años haciendo vidas separadas. No tenían intención de volver a verse o a hablar, pero lo que hizo su hijo les volvió a unir.

Sin embargo, no solo no hubo sintonía entre ellos, sino que Silvia Bronchalo presentó una denuncia contra el actor en febrero de 2024 acusándole de insultos y vejaciones a través de conversaciones por Whatsapp. Aunque un juez archivó el caso en julio de 2024, ella presentó un recurso que fue admitido en septiembre. Sin embargo, todo dio un giro en abril de 2025 cuando la jueza estimó el caso parcialmente, permitiendo así que se investigue si hubo delito por maltrato verbal.
La denunciante expresó su satisfacción ante la decisión judicial, demostrando que no se arrepiente de haber denunciado al Rodolfo Sancho y que espera que la justicia vaya contra él: " Estoy supercontenta porque va para adelante. Me parece bien que una jueza o un Tribunal haya considerado que la violencia verbal pueda ser constitutiva de delito".
Primera visita en 8 meses
Después de esto, Silvia Bronchalo viajó a Tailandia para visitar a su hijo en la cárcel por primera vez en 8 meses. Su encuentro fue tenso, y el motivo fue precisamente este asunto con el actor. Como señala 'TardeAR', Daniel Sancho quiere que sus padres arreglen sus problemas y por eso pidió a su madre que deje atrás lo que habría ocurrido. " Por favor, os pido que os arregléis y solucionéis todo esto ", habría dicho a su madre, a la que el año pasada habría rogado que retirara la denuncia contra su padre, algo que Silvia Bronchalo se negó a hacer.

Eso no quita para que la relación entre madre e hijo sea correcta. La prueba es que Silvia Bronchalo ha viajado a Tailandia para visitarle, y sin duda él lo agradece. Además, como señala Triun Arts, solicitó juntar todos los días de visitas de un mes para poder ir más a menudo a la cárcel, y no tener que quedarse tantos días en el país asiático, algo lógico teniendo en cuenta que la estancia no le sale particularmente barata.