El exfutoblista deberá acudir de manera regular a los juzgados para firmar por el riesgo de fuga que pesa sobre él.
Dani Alves ha acudido por primera vez a los juzgados de la Audiencia Provincial de Barcelona para firmar después de haber conseguido la libertad provisional al haber pagado una fianza millonaria de un millón de euros. Su cita está fijada para el viernes, pero en esta ocasión lo ha adelantado un día ya que es festivo en el país. Esa primera vez acudiendo a los juzgados a firmar no ha ido solo, sino que lo ha hecho en compañía de su abogada.
De nuevo ha optado por el color blanco en su ropa, una manera quizás de comunicar mediante lenguaje no verbal lo que ese color representa, la pureza, dando a entender que sigue defendiendo su inocencia. El exfutbolista, además de aceptar esta medida cautelar, ha tenido que entregar sus dos pasaportes, el español y el brasileño, para reducir el riesgo de fuga. Tampoco podrá acercarse a menos de un kilómetro de la víctima ni tampoco puede ponerse en contacto con ella a través de ningún medio. La sentencia no es firme, ya que está en marcha un recurso en el Tribunal Superior de Cataluña, pero mientras está disfrutando de su ansiada libertad. Por lo pronto, se sabe que no ha perdido el tiempo, porque en su gran mansión adquirida en 2010 en Esplugues de Llobregat ha disfrutado de una fiesta. La vivienda en la que se aloja tras su salida de prisión fue la que compartió con Joana Sanz durante su matrimonio, pero ella se ha marchado de la misma, pese a que no se han divorciado. Pese a no haber salido salvo para ir a los juzgados de la casa, sí ha celebrado una fiesta en su domicilio.
La razón fue el cumpleaños de Domingos Alves Da Silva, su padre. La familia lo celebró en un restaurante de Barcelona, salida a la que no asistió, pero después sus familiares y algunos allegados lo siguieron celebrando en la casa del exfutbolista. El programa 'Así es la vida' de Telecinco ha revelado que la fiesta se extendió hasta las cinco de la mañana. La visita de dos amigos
Por otro lado, se sabe que ha recibido la visita de algunos amigos, en concreto dos hombres que accedieron encapuchados para no ser reconocidos. También llevaban gafas oscuras y se bajaron de un taxi. La prensa se acercó a ellos, pero mantuvieron el silencio y no contestaron a ninguna de las preguntas formuladas por los reporteros.