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Poco se apostaba por la relación entre Ana María Aldón y Eladio, pero la pareja no solo tiene la boda sobre la mesa : también ha puesto en marcha su primer proyecto empresarial en común. Chipiona, localidad gaditana ligada al recuerdo de Rocío Jurado, vuelve a estar en boca de todos por una decisión que mezcla inversión, estrategia y simbolismo.
La diseñadora y colaboradora de televisión ha adquirido junto a su pareja una vivienda en la zona de 'La Reyerta', próxima al entorno familiar de la artista fallecida. Aunque algunos han interpretado la elección como una provocación, Ana María ha querido zanjar las especulaciones: " Chipiona es parte de mi vida, tengo familia aquí. No hay intención de acercarme a nadie ni de faltar el respeto ", ha declarado.
Ana María Aldón y su novio Eladio | Foto: InstagramLa operación no se ha quedado en un gesto inmobiliario. El pasado 11 de septiembre, Ana María y Eladio dieron de alta una sociedad destinada al alquiler de bienes inmuebles, en la que ambos figuran como administradores. Se trata de una apuesta conjunta que confirma que lo suyo va más allá de lo sentimental : están construyendo un proyecto de vida con raíces patrimoniales y empresariales.
La casa, que no está destinada a ser su residencia habitual, fue pagada al contado, sin necesidad de hipoteca. Aunque no se ha revelado el importe exacto, el dato refuerza la imagen de una pareja con recursos y previsión. La vivienda está vinculada directamente a la actividad de la nueva empresa, que gestionará inmuebles para obtener rendimiento económico.
Un historial inmobiliario consolidado
La de Chipiona no es la primera propiedad de Ana María. En 2022, tras su separación de José Ortega Cano, se compró un chalé de tres plantas en Guadalajara, con 239 metros cuadrados construidos sobre una parcela de 172. Allí convivió con su hijo y con Eladio hasta que en abril de este año lo vendió y se mudaron a otra casa en alquiler.
Ana María Aldón y su novio Eladio | Foto: InstagramAños antes, en 2020, adquirió un piso en Sanlúcar de Barrameda de unos 79 metros cuadrados, que en su momento se dijo que era para su hija. Lo vendió tras el divorcio, antes de comprar el chalé. Estos movimientos confirman que Ana María ha ido construyendo un portafolio inmobiliario notable, ahora ampliado con su nueva sociedad.
